Qué es el insuflado de celulosa
Con el aislamiento térmico se busca el beneficio que ofrecen ciertos materiales para oponerse al paso del calor por conducción; con esta capacidad de aislar térmicamente se consigue la estanqueidad responsable de evitar las fugas de calor.
En el caso del insuflado de celulosa no sólo es posible lograr un aislamiento térmico, sino también acústico, que permite aislar al tiempo que facilita la transpirabilidad de las paredes.
La celulosa es por tanto un aislante térmico y acústico, fabricado a partir de la fibra de celulosa. Se obtiene del papel de periódicos que no han sido vendidos tras un tratamiento de corte y desfibrado, al que se añade sales naturales bóricas. Es un producto 100% reciclado y por tanto ecológico, garantizando la gestión forestal responsable. Es además el material que menos energía consume en su producción.
Este material lleva siendo utilizado en EE UU desde hace un siglo, y unos 25 años en varios países de centroeuropa.
Cómo funciona
El insuflado de celulosa es uno de los métodos afines a la bioconstrucción y sigue sus criterios de empleo de materiales saludables, biocompatibles e higroscópicos. Dichos materiales deben facilitar los intercambios de humedad entre la vivienda y la atmósfera. Expresándonos de manera coloquial: la vivienda ha de respirar. Otra de las razones por las que la celulosa se considera un material biocompatible es que carece de elementos nocivos.
Gracias a su cualidad higroscópica, el aislamiento controlará el nivel de humedad continuamente, manteniendo una temperatura fresca en verano y evitando la pérdida de calor de la vivienda en invierno; con esto no sólo conseguiremos una temperatura confortable, sino una reducción extraordinaria en nuestra factura energética.
El aislamiento que conseguimos con este material posee una gran inercia térmica, lo que significa que conserva la temperatura del interior de la vivienda: se calientan de manera progresiva durante el día y por la noche va incorporando ese calor al ambiente. De manera inversa, gracias a su transpirabilidad, conseguiremos que en invierno no se produzca pérdida de calor, manteniendo una temperatura constante y logrando en muchos casos prescindir de climatización artificial. De hecho, gracias a su capacidad de almacenar y conservar el calor, podemos decir que los muros tratados se convierten en muros térmicos, cuyo comportamiento es similar al de las edificaciones antiguas, con muros que facilitaban viviendas calientes en invierno y frescas en verano, pero con una ventilación más eficiente, consiguiendo por tanto un ambiente más saludable y confortable.
Cómo se aplica
Para el aislamiento, como hemos indicado anteriormente, utilizaremos papel de periódico reciclado y molido, que ha sido tratado con sales bóricas para potenciar sus propiedades ignífugas, antiparasitarias, antifúngicas y antiroedores. En caso de incendio no se derretirá; tampoco podrá inflamarse ni propagará la llama.
Su aplicación es muy sencilla; no requiere de obra. Se insufla por medio de una máquina a través de unos pequeños agujeros realizados en la pared. La celulosa irá ocupando todo el espacio, rellenando los huecos de manera regular. Al insuflar la celulosa dentro de las cámaras de aire, conseguiremos un aislamiento muy eficiente de manera rápida, sin obras ni ruidos. El insuflado puede realizarse en un solo día y sus efectos serán continuos en el tiempo.
Una vez creado el aislamiento de la vivienda, conseguiremos reducir la hipoteca energética, amortizando el coste de la intervención, pero crearemos sobre todo una solución definitiva y saludable para conseguir un ambiente vital confortable en temperatura, humedad y contaminación acústica.
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