Es imprescindible conocer el estado real de la vivienda para poder realizar una correcta rehabilitación energética, saber cuánto estamos consumiendo y cuáles son las instalaciones que nos ocasionan un mayor desembolso.
El mayor gasto suele ser el producido por la calefacción que alcanza sobre el 50% del consumo energético. Para minimizar este gasto podemos buscar una caldera que tenga una mayor eficiencia energética, así conseguimos tener un menor gasto, pero vamos a seguir teniendo un consumo energético muy elevado si pretendemos tener caliente nuestra vivienda en invierno, ya que seguiremos teniendo innumerables pérdidas energéticas debido al mal estado en la envolvente de nuestro hogar. O podemos atajar el problema de raíz, localizando y tapando todas las grietas y fisuras existentes en la envolvente, evitando así que se nos escape el calor en invierno y el frío en verano y reduciendo a la vez la demanda energética drásticamente.
Al conseguir una envolvente sin fallos comprobamos que la energía más barata es la que no necesitamos consumir inevitablemente, ya que pagamos únicamente la energía que utilizamos y dejamos de tirar energía al exterior sin utilizar.
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